‘Absolutamente todo’ – Eco imperceptible del Monty Python que fue Terry Jones

Durante la década de los 70 y los 80 el británico Terry Jones se destacó por dirigir películas imprescindibles del humor como Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975), La vida de Brian (1979) o El sentido de la vida (1983). Tras la trilogía cinematográfica fundamental de los Monty Python -grupo de humoristas a los que Terry Jones perteneció- su carrera quedó impregnada de inestabilidad.
Veinte años después de su última película –Viento en los sauces– Terry Jones regresa a las pantallas con Absolutamente todo y demuestra que quien tuvo no siempre retuvo. Con guión propio junto a Gavin Scott y música de George Fenton, su regreso puede catalogarse de despropósito… ¿entretenido?
En Absolutamente todo un profesor de mediana edad recibe poderes totales. El mundo cambia a su deseo, con sólo pedirlo logra teletransportarse, acabar con el hambre en el mundo o que todos los policías de Reino Unido vistan uniforme rosa chillón. Desde el espacio cuatro razas alienígenas contemplan la prueba: si el protagonista utiliza la omnipotencia para el bien la especia humana será redimida, si en cambio busca el beneficio propio y satisfacer su maldad, la Tierra explotará.
La premisa inicial recuerda a Como Dios de 2003 con Jim Carrey o Click de 2006 con Adam Sandler: un pardillo con poder absoluto nos conduce a través de gags de pretensiones hilarantes. En Absolutamente todo el humor se presenta ora simplón y chusco, ora escatológico, e incluso con toques negros, crueles y de mal gusto. Busca robar carcajadas y apenas pide prestadas medias sonrisas.
De por sí mermada desde su inicio, la trama se desarrolla plana, básica, ajena a giros novedosos y alérgica a la sorpresa. Lineal y predecible, aúna el déjà vu de Laudes («esto ya lo he visto, y fue a las tres de la madrugada por televisión) con un espíritu de remezcla y reciclaje. ¿Un perro que habla, se comporta como persona y realiza bromas de perro? Hemos abusado de esto antes. Nadie me dijo que mi entrada servía para Como perros y gatos (2001) o la peliaguda Karate Dog (2004).
Simon Pegg ofrece una actuación correcta y hasta apropiada para un personaje estandarizado por la industria norteamericana, mientras que a la vampira Kate Beckinsale su paso por la mencionada Click debió divertirle, ya que repite con presencia pero insulso resultado en este placer culpable.
Pese a su clara vocación de serie B, Absolutamente todo no pesa en el reloj, su metraje no llega a la hora y media, lo que favorece al conjunto. Seamos sinceros del todo. Lo nuevo del Monty Python Terry Jones huele más a cuadra que a oro, no aporta nada a sus precedentes, luce vacía y sin forma definida, prescindible.
¿Implica ello que resulta aburrida? No del todo. Incluso puede suponer un entretenimiento semi-satisfactorio a aquel espectador que en vistas del cambio meteorológico en la Península decida dar vacaciones anticipadas a su criterio cinematográfico. O puede gustar. Tras todas mis advertencias y con plena conciencia de qué estamos pagando, que me aspen, puede gustar.
Ciencia-Ficción Comedia Críticas #Kate-Beckinsale #Simon-Pegg #Terry Jones
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