‘Absolutamente todo’ – Eco imperceptible del Monty Python que fue Terry Jones

‘Absolutamente todo’ – Eco imperceptible del Monty Python que fue Terry Jones

Escrito por: Francisco Reina Milán   @AltFloyd    23 mayo 2016     3 minutos

Durante la década de los 70 y los 80 el británico Terry Jones se destacó por dirigir películas imprescindibles del humor como Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores (1975), La vida de Brian (1979) o El sentido de la vida (1983). Tras la trilogía cinematográfica fundamental de los Monty Python -grupo de humoristas a los que Terry Jones perteneció- su carrera quedó impregnada de inestabilidad.

Veinte años después de su última película –Viento en los sauces– Terry Jones regresa a las pantallas con Absolutamente todo y demuestra que quien tuvo no siempre retuvo. Con guión propio junto a Gavin Scott y música de George Fenton, su regreso puede catalogarse de despropósito… ¿entretenido?

Kate Beckinsale Simon Pegg dog Absolutely anything

En Absolutamente todo un profesor de mediana edad recibe poderes totales. El mundo cambia a su deseo, con sólo pedirlo logra teletransportarse, acabar con el hambre en el mundo o que todos los policías de Reino Unido vistan uniforme rosa chillón. Desde el espacio cuatro razas alienígenas contemplan la prueba: si el protagonista utiliza la omnipotencia para el bien la especia humana será redimida, si en cambio busca el beneficio propio y satisfacer su maldad, la Tierra explotará.

La premisa inicial recuerda a Como Dios de 2003 con Jim Carrey o Click de 2006 con Adam Sandler: un pardillo con poder absoluto nos conduce a través de gags de pretensiones hilarantes. En Absolutamente todo el humor se presenta ora simplón y chusco, ora escatológico, e incluso con toques negros, crueles y de mal gusto. Busca robar carcajadas y apenas pide prestadas medias sonrisas.

Absolutely anything Simon Pegg

De por sí mermada desde su inicio, la trama se desarrolla plana, básica, ajena a giros novedosos y alérgica a la sorpresa. Lineal y predecible, aúna el déjà vu de Laudes («esto ya lo he visto, y fue a las tres de la madrugada por televisión) con un espíritu de remezcla y reciclaje. ¿Un perro que habla, se comporta como persona y realiza bromas de perro? Hemos abusado de esto antes. Nadie me dijo que mi entrada servía para Como perros y gatos (2001) o la peliaguda Karate Dog (2004).

Simon Pegg ofrece una actuación correcta y hasta apropiada para un personaje estandarizado por la industria norteamericana, mientras que a la vampira Kate Beckinsale su paso por la mencionada Click debió divertirle, ya que repite con presencia pero insulso resultado en este placer culpable.

Simon Pegg dog Absolutely anything

Pese a su clara vocación de serie B, Absolutamente todo no pesa en el reloj, su metraje no llega a la hora y media, lo que favorece al conjunto. Seamos sinceros del todo. Lo nuevo del Monty Python Terry Jones huele más a cuadra que a oro, no aporta nada a sus precedentes, luce vacía y sin forma definida, prescindible.

¿Implica ello que resulta aburrida? No del todo. Incluso puede suponer un entretenimiento semi-satisfactorio a aquel espectador que en vistas del cambio meteorológico en la Península decida dar vacaciones anticipadas a su criterio cinematográfico. O puede gustar. Tras todas mis advertencias y con plena conciencia de qué estamos pagando, que me aspen, puede gustar.

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