‘Batman v. Superman: el amanecer de la justicia’ – Mala sin paliativos

‘Batman v. Superman: el amanecer de la justicia’ – Mala sin paliativos

Escrito por: Francisco Reina Milán   @AltFloyd    2 abril 2016     3 minutos

El fracaso Batman v. Superman: el amanecer de la justicia supone una de la peores películas que ha dado el cine de superhéroes en los últimos años. Zack Snyder copia fórmula respecto de la mejorable El hombre de acero (2013), y el resultado es una cinta incoherente y absurda sin paliativos.

La herida al universo cinematográfico DC Cómics cuenta con un Ben Affleck indolente, mentalmente apagado, con dotes artísticas enterradas bajo los escombros de la primera escena. Mucho músculo para poca expresión. Si Batman fuese esto, su estrella se habría apagado en 1939. Henry Cavill se mantiene como el atractivo Superman falto de ritmo de la primera entrega.

Batman contra Superman

Repatea el personaje Lex Luthor de un Jesse Eisenberg histriónico, parapetado en un cinismo incongruente y excesivo. Ridículo, casi de vergüenza ajena. De lo peor de la película, debería revisarse a fondo de cara a futuros proyectos. Salvan el tipo una Amy Adams luminosa y destacada sobre el resto del reparto o una Gal Gadot que triunfa pese a lo obvio e innecesario de su papel. Jeremy Irons o Holly Hunter correctos pero desaprovechados: con más escenas ofrecerían un jugo más dulce.

Si esperáis que Batman v. Superman: el amanecer de la justicia contenga encarnizadas luchas entre Batman y Superman, lamento desilusionaros. Una insulsa introducción da paso a un trabajo incongruente y de final interminable, inmerso en una no-trama que ha recaudado 500 millones de dólares en todo el mundo según datos aportados por Warner Bros. Pictures.

Batman contra Superman

La película dirigida por Zack Snyder se sostiene con nota en los apartados técnicos y visuales pero sucumbe a un estrepitoso error en su historia. Veamos. Batman considera que Superman es un peligro para la raza humana, un ser fuera de control. Y para detenerle no duda en llevarse por delante a cuanto ser vivo se cruza en su camino, hombre, mujer o niño. ¿Es éste el tipo de héroe que el espectador quiere conocer?

Terminado el metraje todavía no conocemos ninguna motivación consistente para Superman. «Lo leí en el guión», parece decirnos a cada escena. No asistimos a un épico enfrentamiento entre dos iconos de la cultura popular del S. XX. Nos presentan una disputa de patio de colegio, dos hombres con superpoderes jugando a perseguirse.

Batman contra Superman

Casi nada tiene sentido alguno en Batman v. Superman: el amanecer de la justicia. Todo ocurre al margen del dominio de la lógica, la razón o el ingenio. El paradigma causa-efecto/acción-reacción se ha estropeado y Snyder no logra arrancarlo en unas eternas dos horas y media. El dilema moral (¿deben los superhombres someterse al control del pueblo al que afirman defender?) queda en intento, sin resolución aparente en el pastiche de ideas y estereotipos manidos.

No existe motivo alguno para el enfrentamiento entre Batman y Superman. Tampoco alcanzamos a adivinar la razón de su reconciliación. Cada acto se ve contrarrestado por otro contradictorio poco después. Batman v. Superman: el amanecer de la justicia se erige como una oda del siglo XXI a la acción sin ‘por qué’, al efecto especial que atrae masas. Y, a nuestro pesar, al peor cine de superhéroes.

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