Need for speed, acción a medio gas

El próximo 4 de Abril llega a las grandes pantallas la adaptación del videojuego de carreras Need for Speed, que pretende hacer las delicias de todos sus fans así como los amantes del motor y los grandes momentos de acción al volante de sus protagonistas.
La película narra la historia de Tobey Marshall (Aaron Paul), un mecánico de un pueblecito que se dedica en sus ratos libres a participar en carreras ilegales de coches clásicos de gran cilindrada. Tras la pérdida de su padre, las deudas le hacen aceptar a regañadientes un trabajo para el adinerado y arrogante ex piloto de la NASCAR y su archienemigo, Dino Brewster (Dominic Cooper).
Pero la fatalidad hace que, cuando toda la vida de Tobey parecía estar resuelta, un accidente en una carrera ilegal producido por Dino acaba metiendo en la cárcel a nuestro protagonista. Al salir dos años más tarde, Tobey solo quiere vengarse y para ello su única oportunidad es ganar a Dino en la carrera ilegal más arriesgada y famosa: la carrera De Leon.

En cuanto al guión, hay que decir que es muy simple y predecible, incluso en ocasiones se hace muy lento. Lo mismo le pasa a los actores, exceptuando el protagonista que medio salva su papel, en general son muy llanos y no enganchan nada al espectador.
Como consecuencia de un guión tan pobre, la película se hace muy lenta en el transcurso sin carreras ni acción además de estar plagada de momentos en los que el diálogo es absurdo y parece puesto de relleno. Algo a destacar positivamente es que las escenas de acción son rodadas a modo casero, sin efectos especiales y por los protagonistas, lo que hace que, sin dejar de lado los momentos apoteósicos y fantasmadas, sea más creíble y cercana. Algo que en mi opinión la hace mejor que la saga de ‘A todo gas’, aunque sin duda no es tan épica.
Pero lo que sin duda no podemos dejar de lado son los coches de los que podemos disfrutar durante el film. Está claro que son el punto fuerte de la película y merecen total admiración, no todos los días podemos ver carreras donde salgan bellezas como un GTA Spano, un McLaren P1, tres Koenigsegg Agera, un Saleen S7, un Lamborghini Sesto Elemento, un Ford Mustang o Bugatti Veyron, el coche más rápido del mercado.
No va a ser la mejor película del año, eso está claro, pero los amantes del videojuego y de los coches están de enhorabuena. Podrás disfrutar de ellos sin el excesivo tunning que se puede ver en la anterior saga mencionada (las comparaciones son odiosas, lo sé) y a la vez pasar un rato entretenido.
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