Patrick Swayze y su último baile fantasma

Patrick Swayze y su último baile fantasma

Escrito por: Eneko Ruiz    15 septiembre 2009     2 minutos

Aunque esperado desde hace meses (y falsamente anticipada por variados medios a lo ancho del globo) fue ayer, 14 de septiembre, cuando el cáncer de páncreas se llevó al actor que quedará para la historia como uno de los grandes mitos eróticos de los 80. A sus tempranos 57 años, y tras 20 meses de lucha, Patrick Swayze será recordado no como uno de los mejores actores de su generación pero sí como un revienta-taquillas (y corazones) gracias a escenas grabadas en la memoria colectiva de Ghost o Dirty Dancing.

Comenzando su carrera a finales de los 70 con la televisión y el teatro, y envuelto en medio del fenómeno del grupo apodado como Brat Pack, con Amanecer Rojo (con remake en marcha), Rebeldes, las series Norte y Sur (donde curiosamente también participara David Carradine) y Youngblood se construiría cierto renombre en el nacimiento de una era audiovisual, aunque fue realmente con las películas dirigidas al público femenino las que le hicieron triunfar gracias a su encanto, belleza y forma de bailar. Dirty Dancing se convirtió en un inesperado éxito con el que entrar directo a un estrellato que incluso le llevó a ser nominado a su primer Globo de Oro.

Por supuesto, el intérprete sería encasillado sin remedio, hasta que el triunfo (y su segunda nominación al premio de la prensa extranjera en Hollywood) llegara de la mano (y el barro) de Ghost (1990). En esa misma época, difícil sería olvidarse en el repaso de su vida a Le Llaman Bodhi (1991), todo un hito en el género de acción que ha sido homenajeada sin pudor durante la historia y que hizo saltar a la fama también a su compañero de reparto Keanu Reeves y a la directora Kathryn Bigelow. Su drag-queen de la road-movie A Wong Foo, gracias por todo, Julie Newmar (1995) le harían viajar hasta su tercera, y última, candidatura a los Globos.

Con una carrera con muchos puntos negros y altibajos desde principios de los noventa, no tuvo nunca una profesión muy prolífica ni consiguió perpetrar su título como primer hombre de acción o romanticismo. Pero en su aventura en el nuevo siglo no podemos dejar de destacar su aparición como demagogo profeta moderno y pedófilo en Donnie Darko que con esta especie de caricatura del sueño americano le entregó uno de sus mejores roles.

Su vida profesional la acabó con la desconocida película Powder Blue y la televisiva The Beast, una publicitada serie policíaca tópica que fue cancelada en su primera temporada tras una acogida tibia y una crítica pésima. Pese a todo, el trabajo le hizo olvidarse momentáneamente de lo convulsos que fueron los últimos tiempos durante una enfermedad que no da espacio para la estadística, y en la que tuvo que enfrentarse también a la rumorología de la prensa.

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