Ray Harryhausen: Homenaje a un mito del stop-motion

Ray Harryhausen: Homenaje a un mito del stop-motion

Escrito por: Victor Alós Yus    3 noviembre 2015     3 minutos

El cine fantástico ha sido siempre uno de los géneros más atractivos para el gran público. Hoy en día, los efectos especiales son una de los principales argumentos y los potentes ordenadores son capaces de hacernos creer que algo que no existe está realmente ahí. Pero los ordenadores son solo una herramienta en manos de artistas, los que hacen realmente el trabajo que luego disfrutamos en la pantalla. Y la mayoría de esos artistas, aunque utilicen potentes ordenadores, basan todo su trabajo en el que realizaron profesionales como Ray Harryhausen.

Este vídeo que vas a ver es un homenaje al trabajo de este gran artista de los efectos especiales. Su técnica del stop-motion acercó a los espectadores de los años 50, 60 y 70 del pasado siglo a increíbles criaturas que solo existían en la imaginación. Lamias, cíclopes, dioses mitológicos y esqueletos andantes son alguna de las criaturas que poblaron las películas en las que trabajó Harryhausen.

Ray Harryhausen nació el 29 de junio de 1920 en Los Angeles y desde muy joven demostró su afición por la fantasía, el teatro y, por supuesto, el cine. Durante esos primeros años de su vida fue cimentándose su afición al cine, propiciado por sus padres, que le animaron hacia ese camino. Las marionetas pronto llamaron su atención y comenzó a experimentar con ellas, creando historias con las que entretenía a su familia.

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Enseguida comenzó a construir maquetas y dioramas, en los que no faltaban los dinosaurios y otras criaturas que formaban parte de las aventuras que aparecían reflejadas en esas pequeñas maquetas. En el cine le impresionaron dos películas fundamentales de esos años: El Mundo Perdido, de 1925 y King Kong, de 1933. En ella vio dinosaurios y al gran mono, moviéndose como si fueran de verdad. La ansiedad por saber cómo se había conseguido animar a estas criaturas de ficción le animó a conocer cada vez más cosas sobre la animación y a interesarse por el método del stop-motion.

Unos años más tarde conoció al artífice de los efectos especiales de estas dos películas, Willis O’Brien. A lo largo de los años, continuó su formación en materia de arte, anatomía y animación. Realizó unos pequeños trabajos para cortometrajes y con esa experiencia fue tomando forma su carrera. Y llegó el momento en que entró en el mundo del cine, donde comenzó a trabajar en el año 1951, con La Criatura de Tiempos Remotos.

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A esta película le siguieron otras producciones, como Surgió del Fondo del Mar, en 1955. A partir de ahí, comenzaron a llegar los trabajos más continuos y que más fama le dieron. Sus criaturas y creaciones fueron cada vez más conocidas y parecía que salían de la pantalla. Simbad y la Princesa (1958); La Isla Misteriosa (1960) o Jasón y los Argunautas (1963) y, sobre todo, Hace un Millón de Años (1966), puso el nombre de Harryhausen en el panorama de los efectos especiales y al alcance del público general, que asistía con sorpresa la magia que era capaz de crear este artesano.

La década de los años 80 provocó su retirada del mundo del cine, con una extensa lista de producciones que nos han emocionado durante décadas. En alguna ocasión ha visitado España para recibir algunos homenajes de manos de aficionados y de algún festival. Por desgracia, el 7 de mayo de 2013 tuvimos que decir adiós a este genio, que hoy es el protagonista de este vídeo. Dos pequeños robots, animados con la técnica que le dio su justa fama, observan una recopilación con sus personajes. Junto a ellos nos sentamos y disfrutamos también.

Vía | Firstshowing

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