Sean Penn dirigirá al cómico Robert de Niro y a la seria Kristen Wiig

Escrito por: Eneko Ruiz 28 octubre 2011 3 minutos

The Comedian convertirá a De Niro en un humorista agrio con muy mala leche, sentenciado a trabajo comunitario.

Hasta finales de los noventa, era difícil imaginar a Robert de Niro como gran protagonista cómico. Hasta entonces, prácticamente todos sus roles habían sido de tipos duros o mafiosos que, aún con sus puntos graciosos, no sabían explotar su vis cómica y sacar una sonrisa a ese expresivo gesto tantas veces copiado. Sin embargo, varios directores fueron viendo algo de gracioso en sus personajes, y, poco a poco, logró mezclar con tino la comedia y el drama gracias a La cortina de humo o ese adorable perdedor en el que lo convirtió Tarantino en la infravalorada Jackie Brown. A partir de entonces, las risas cada vez fueron más importantes para entender su carrera. Proporcionalmente, el respeto forjado en la gran pantalla se fue desvaneciendo por culpa de sus caricaturas en Las aventuras de Rocky y Bullwinkle o por no saberse bajarse del tren a tiempo en las secuelas de Los padres de ella o Una terapia peligrosa.

Ahora, Sean Penn se pone detrás de las cámaras para intentar captar la dicotomía de su amigo en The Comedian, una dramedia que convierte al actor en un cómico experto en insultos.

Basado en las figuras de los imperecederos Joan Rivers y Don Rickles, este personaje comenzará el argumento siendo sentenciado a hacer servicio comunitario después de pegar con un micrófono a uno de sus molestos espectadores. Allí, conocerá a una desafiante pelirroja que dará un giro a su vida. La cómica de moda, Kristen Wiig, se pondrá frente a De Niro para dar cuerpo a este guion del productor Art Linson y el humorista stand-up Jeffrey Ross que reúne a Penn con su compañero en las olvidables (y olvidadas) comedias Nunca fuimos ángeles de Neil Jordan y Algo pasa en Hollywood de Barry Levinson.

Después de ser la estrella del verano, ésta es una nueva oportunidad para Wiig, que ya conoce al protagonista de Taxi Driver de sus colaboraciones con Saturday Night Live (al que vuelve una y otra vez, siempre con muy poca gracia). Aunque sea un paso arriesgado y diferente, la cabeza pensante detrás de La boda de mi mejor amiga parece tener muy clara sus ideas, y opta por rechazar secuelas y comedias facilonas, y, por el contrario, sumergirse en proyectos propios y filmes independientes con buena compañía. Ya en su más que posible último año en SNL (donde ha dado todo lo que tenía que dar), acaba de rodar Imogene, una comedia negra de los responsables de American Splendor que la reúne con Annette Bening, Matt Dillon y Darren Criss, y todos los estudios quieren firman un trato para comprar sus guiones.

En otro orden de cosas, Robert de Niro tiene pendiente de estreno dos comedias corales (con bastante mala pinta): Noche de fin de año y The Wedding, además de un sinfín de proyectos que nunca parecen tener fin. Por eso, éste es un excelente momento para repasar algunos de los momentos más divertidos y extraños de su carrera en constante declive:

El baile de su extravagante (e hilarante) pirata de Stardust