
Ni super-héroes, ni vampiros, ni juegos del hambre. Lo que realmente está de moda en el actual Hollywood es rendir pleitesía al cine clásico, adaptando a la gran pantalla las vidas de los grandes cineastas. El año pasado, Georges Méliès se convertía en tema central de La invención de Hugo, Laurence Olivier era parte fundamental de Mi semana con Marilyn y, en breve, tendremos oportunidades de ver mejor a Anthony Hopkins en su increíble transformación como Alfred Hitchcock. El próximo en llegar: Federico Fellini, con el rostro del brasileño Wagner Moura.
En una escena de La piel que habito, el personaje interpretado por la magnífica Marisa Paredes define la actitud de Antonio Banderas como el amor de un loco. Frase que bien podría aplicarse al director de esta extraña y arrebatadora película, el amor de un loco por el cine, el amor de un loco por el riesgo, el amor de un genial contador de historias, tan rocambolescas como bellas, por su público y su compromiso con este de nunca tomar el camino fácil, con todo lo que ello conlleva.
Pasados los minutos el momento más esperado llegaba con la aparición ante los medios del director Dario Argento que presentaría por la noche su obra cumbre, Suspiria. En su presencia ante los medios Argento comentó el panorama actual del mundo del cine, insistiendo en la continua degradación que sufren los géneros cinematográficos, además de alabar el film de Jaume Balaguero y Paco Plaza, Rec.
Esto sucedió en la jornada matinal, por la tarde nos esperaban las proyecciones entre las que se incluían dos obras clave en la trayectoria del autor granadino. Aparte de los filmes de Martín, pudimos ver otras obras de gran calidad. La tarde la abrió el film del japonés Kaneto Shindo, La isla desnuda un semi-documental prácticamente mudo en donde la banda sonora juega un papel principal. Acompañando a esta proyección pudimos ver El extraño viaje, de Fernando Fernán Gómez, que rendía homenaje al fallecido actor y director. Y en las salas del Cinema 2000 una de las obras dedicadas a Martín, Despedida de soltero.
La jornada del martes ha dado para mucho en la ciudad de Granada. Bajo la lluvia que enfría el ambiente en las calles de la ciudad, el cine es el mejor remedio para entrar en calor y superar los desafíos del tiempo. En la tarde de hoy hemos podido deleitarnos con una serie de proyecciones que están haciendo grande a este festival. Aunque el plato fuerte se presentaba a mitad de tarde con la aparición del director italiano Pupi Avati para presentar su película La casa de las ventanas que ríen, un clásico del cine fantástico italiano de los 70.
Con el pistoletazo de salida, se pudieron ver el domingo las primeras películas. Abrió el festival Tenemos 18 años, una película de Jesús Franco. La oportunidad de ver un clásico como El gabinete del doctor Caligari, nos la brindó el Aula Magna de la facultad de Ciencias de Granada, siendo esta una de las obras más esperadas del festival. Ente otras también se proyectó Kuroneko de Kaneto Shindo, Una vela para el diablo, perteneciente a la retrospectiva sobre Eugenio Martín o Los ojos sin rostro de Georges Franju.
Llega a Granada un nuevo festival de cine. Tras los ya consolidados como el Festival de Jóvenes Realizadores de Granada y el Festival de Cines del Sur, un nuevo evento se propone recorrer la historia del cine. Este festival es el Retroback, Festival de Cine Clásico de Granada. Se hablaba desde hace tiempo de un festival de estas características en la ciudad y por fin se ha conseguido llevar a cabo.