
Distrito 9 fue el primer trabajo frente a la cámara de Sharlto Copley, pequeña obra de ciencia-ficción a la que, sin duda, aportaba realismo. Desde entonces, el sudafricano ha dejado claro que su gran pasión son las grandes superproducciones de acción y ciencia-ficción. El drama intimista no es lo suyo. Así, su primer proyecto (único estrenado) tras la cinta nominada al Oscar de Neill Blomkamp fue El Equipo A, a lo que seguirán en 2013 Europa del ecuatoriano Sebastián Cordero (donde se convierte en un astronauta de viaje a Titán), y Elysium, con su amigo Blomkamp.
Gonzalo López-Gallego es miembro de ese nutrido grupo de cineastas españoles que trata de hacerse un hueco en Hollywood a través de películas de género. No obstante, su primer trabajo estadounidense, Apollo 18, no logró cautivar a público ni a crítica. Por eso, parece que es hora de que el responsable de El rey de la montaña regrese a su país de origen, ahora apadrinado por la productora Ombra Films, fundada por Jaume Collet-Serra y Juan Solá para apadrinar a prometedores directores nacidos en España.
Podemos achacar muchas cosas al cine español, pero algo que no podemos negar, hoy por hoy, es que cuenta con una de las canteras de cineastas más interesantes del mundo. Durante los últimos años, se ha hecho notar una generación de directores aficionados al terror y la ciencia-ficción con una voz muy distinta a la de los profesionales reconocidos, dispuestos a hacer del cine de género el buque insigne en la industria patria.