
Sean Penn dirigirá al cómico Robert de Niro y a la seria Kristen Wiig
Hasta finales de los noventa, era difícil imaginar a Robert de Niro como gran protagonista cómico. Hasta entonces, prácticamente todos sus roles habían sido de tipos duros o mafiosos que, aún con sus puntos graciosos, no sabían explotar su vis cómica y sacar una sonrisa a ese expresivo gesto tantas veces copiado. Sin embargo, varios directores fueron viendo algo de gracioso en sus personajes, y, poco a poco, logró mezclar con tino la comedia y el drama gracias a La cortina de humo o ese adorable perdedor en el que lo convirtió Tarantino en la infravalorada Jackie Brown. A partir de entonces, las risas cada vez fueron más importantes para entender su carrera. Proporcionalmente, el respeto forjado en la gran pantalla se fue desvaneciendo por culpa de sus caricaturas en Las aventuras de Rocky y Bullwinkle o por no saberse bajarse del tren a tiempo en las secuelas de Los padres de ella o Una terapia peligrosa.