
Malditos Bastardos, western disfrazado de cine bélico
Cuando ayer me senté en la butaca varias sensaciones me comían por dentro, no sabía que me iba a encontrar. Ya había leído mucho sobre el film y sobre como Tarantino se había tomado una parte ardua de la historia mundial, de una manera superficial. Cierto. Pero también es cierto que por primera vez la trama del film se podía identificar en un momento histórico y en un lugar determinado. Desde los primeros créditos ya sabía que Malditos Bastardos me iba a gustar. Rótulos al más puro estilo spaghetti-western y música que le iba a la zaga. Veinte minutos después acababa de ver una de las mejores secuencias que recordaba. Una secuencia seria, técnicamente perfecta, con uno de los personajes más sorprendentes que el director a creado en su carrera, y con un manejo de la situación asombrosa. Y todo eso en el primer capítulo de la historia. Antes de continuar decir que el film se divide en cinco capítulos, en los que desarrolla la historia hasta el increíble climax final.