Como uno de los herederos directos -y gran fan- de Steven Spielberg, a Bryan Singer le ha gustado picotear en diversos géneros y campos, aunque siempre se ha sentido más gusto en el campo de la fantasía, donde ha construido algunas de sus mejores obras. Por esa razón, quizás Jack the Giant Killer sea el antídoto perfecto para recuperarse de un pequeño bache por el que le llevó Superman Returns y Valkiria.
Con Disney y Marvel preparados para un 31 de diciembre donde cerrarán su tan cacareado acuerdo, la editorial no pierde ni un segundo de su tiempo y sigue expandiendo sus franquicias cinematográficas, ya sean de producción propia o envueltas en los derechos concedidos a otra empresa. Sin lugar a duda, después de Spider-Man, la parte mutante es la que más alegrías ha dado a la compañía en esto del celuloide y por ello este universo autocontenido sigue creciendo con spin-offs, precuelas y secuelas de todo tipo y tamaño. Con las eternas dudas sobre qué proyecto será elegido como el próximo de la marca, X-men: First Class acaba de sumar varios puntos en su progresión, y también en la anticipación por echarle un vistazo, gracias a la vuelta a casa del hijo pródigo Bryan Singer.
Tanto en su faceta de director como en la de productor, Bryan Singer está acostumbrado a tocar todo tipo de géneros en una faceta que lo han convertido en uno de los cineasta más interesantes de la última década. Tras reinventar sin demasiado éxito el mundo de Superman y pasearse por la Alemania nazi, el realizador vuelve a necesitar de un proyecto que le haga brillar y con la indecisión en la mano ya cuenta con varios en cartera.
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