
Que Hollywood tira de secuelas y remakes es algo que ya sabemos y que no nos sorprende en absoluto. Hay algunos que nos parecen incluso remarcables y que posiblemente pueden superar a las películas originales en que se basan. Otros, son directamente olvidables y en ocasiones nos encontramos con unas películas que aunque no llegan al nivel de las primeras películas tienen sus puntos buenos. En el caso del que vamos a hablar, parece que todo el mundo está de acuerdo.
Este mes de julio comienza en viernes, día de estrenos, por lo que adelantamos nuestro resumen mensual con lo más apetecible de la futura cartelera unos días y así sepáis qué podéis encontrar en vuestra sala más cercana este fin de semana. Los enlaces naranjas os llevarán a noticias anteriores con más información y a tráilers. Ahí va.
En 1925 Fred Niblo dirigió su propia película sobre el personaje, pero fue la cinta de 1959 dirigida por William Wyler y protagonizada por Charlton Heston la versión de Ben-Hur que quedó grabada con el fuego de los Dioses en la Historia del cine. Desde entonces se han publicado adaptaciones diversas para televisión, e incluso una película de dibujos animados.
Hace ya un tiempo que vimos una primera imagen de Ahora me ves 2, la secuela de la película de magos que vuelven a llevarnos al maravilloso mundo del ilusionismo, pero uniéndolo a la estética del crimen elegante. Ladrones de guante blanco que utilizaban sus artes para burlar a la ley y conseguir que los auténticos malos de la función acaben arruinados y sin posibilidad de continuar engañando a los demás.
Dos años han pasado desde el estreno de Objetivo: La Casa Blanca y ya tenemos preparada la secuela. Se trata de London has fallen y tiene este título porque la película se titulaba Olympus has fallen en su versión original. Después de todo lo que llegó a pasar en aquella primera entrega de la ya saga, le toca el turno a la capital del Reino Unido sufrir una serie de brutales atentados terroristas que lo pondrán todo patas arriba.
He de reconocerlo. Comencé a ver Ted y no me convencía nada. Es un tipo de humor soez, estúpido, bruto y sin sentido que se recrea en lo ilegal, lo zafio y lo mezquino. No es mi tipo de humor. Por eso, quizá, a los diez minutos las lágrimas que me producían las risas no me dejaban ver bien la película. Me ví atrapado por las groserías de este oso de peluche irreverente, y sin saber por qué, me lo pasé bien viéndola.