
Hollywood parece empeñada en desempolvar viejos y no tan viejos éxitos ante la evidente crisis de ideas en la que se encuentra inmerso. Ahora parece haberle tocado el turno a Alfred Hitchcock, uno de los mayores genios de la historia del cine. A nadie parece amedrentar el hecho de que las diversas versiones que se han hecho de películas de Hitchcock hayan resultado ridículas en comparación con la original. Los dos proyectos se escudan en ser revisiones de las obras literarias en las que se basó el maestro del suspense.
En nuestra vida cinematográfica las secuelas están totalmente afincadas desde hace tiempo, pero pese a que sepamos que si un film tiene un mínimo éxito se intentará repetir en subsecuentes segundas partes, todavía no nos hemos acostumbrado a que se hagan secuelas de todo o que se haya normalizado llegar a cinco películas en una saga. Esta misma semana tres estudios han confirmado a los guionistas de un triplete de proyectos muy diferentes entre sí que comparten la característica de ser continuaciones de estas que Hollywood saca como churros, y nadie realmente las ha pedido.