
Gary Ross negocia dirigir Houdini
Gary Ross es uno de esos cineastas a los que les gusta mucho meditar su próximo proyecto. Tras años dedicado a la escritura (donde creó Big, Mr. Baseball o Dave, Presidente por un día), en 1998 decidió dar el salto a la dirección con Pleasantville. Cinco años más tarde, Seabiscuit, que fue nominada al Oscar y superó los 100 millones de dólares en la taquilla doméstica, le consagró en esa posición. Sin embargo, tuvo que pasar casi una década para que Los juegos del hambre le devolviera a la primera plana. Ahora, convertido en uno de los directores más exitosos y codiciados del negocio, ha decidido pasar la relevo de la multimillonaria trilogía adolescente a otro por cuestión de tiempo, y, pese a que no sabemos cuánto tardará en fichar por un nuevo proyecto, las ofertas comienzan a acumularse en su puerta.