
Antes de este verano, el nombre de Melissa McCarthy no significaba nada ni para la audiencia ni para los grandes estudios. Pero la temporada estival ha sentado estupendamente a esta cómica formada en el club de improvisación de Los Ángeles, más conocidos como Los Groundlings. El cine, y sobre todo Kristen Wiig, la convirtió en la camaleónica roba-escenas del sleeper La boda de mi mejor amiga; la serie Mike & Molly le concedió un Emmy y, para comenzar el otoño, su presentación de Saturday Night Live la redescubrió como lo que verdaderamente es, una maestra de los sketches.
El final del verano siempre es una época difícil para la taquillla. Tras estrenar todas las grandes superproducciones, que todavía intentan rascar los bolsillos del espectador, quedan los lanzamientos de las películas que, aún queriendo ser comerciales, no son aptas para los meses estrella. Sin embargo, esta época también suele traer algún éxito sorprendente que hace resurgir la cartelera y que atrae a las masas gracias al boca-oreja y a la buena aceptación de la crítica. Una película que pueda conectar los taquillazos veraniegos con la temporada de Oscars.
Antes de hacerse reconocible para todo el planeta Tierra como la Gwen Stacy del nuevo Spiderman, y con solo 22 años que cumple hoy mismo, Emma Stone ya tiene a sus espaldas un buen número de películas gracias a las que ser catalogadas como una de las jóvenes más interesantes de Hollywood. Preparada para participar en la próxima hornada de la meca del cine, esta especialista en las comedias, tiene todavía por demostrar que es capaz de llevar a sus espaldas un drama, lo que puede convertirse en pasado cuando el próximo 12 de agosto estrene The Help.