Para bien o para mal, y con más o menos suerte, la historia de Hollywood está llena de nepotismo. Decenas y decenas de familias de la industria llegan al estrellato por méritos propios o no, pero gracias a ese hueco dejado en el celuloide por su anterior. Liza Minnelli, Nicolas Cage, Jamie Lee Curtis... son un buen ejemplo del éxito generacional para el que ahora se postula una nueva cantera.
A estas alturas de la película de su vida, no creo que Joel Schumacher sea el director favorito de nadie, pero lo que está claro es que siempre intenta cosas nuevas en su carrera, pese a que al final nos demuestre que controla todos los géneros igual de mal y el resultado sea desastroso otra vez. En su próximo thriller Trespass, por ejemplo, juntará a dos grandes estrellas (en decadencia) del celuloide que unidas crean una extraña pareja que nunca antes había cruzado sus caminos profesionales, Nicole Kidman y Nicolas Cage.
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